El blog de Moebius

17May/130

Ladislao Biro

László József Bíró

László József Bíró, conocido en la Argentina como Ladislao José Biro, fue un inventor y periodista argentino, que realizó un total de 32 inventos, entre ellos el bolígrafo, que le dio fama internacional.

Laszlo Jozsef Biro nació en Budapest el 29 de septiembre de 1.899, en el seno de una familia de clase media conformada por su padre Matías, su madre Joanna Ullmann y su hermano György, dos años mayor.

 El médico que lo trajo al mundo dijo que sus posibilidades de vida eran pocas dado su escaso peso, de poco más de un kilogramo, pero su madre se dispuso a darle batalla a la adversidad. Lo puso bajo una lámpara, pensando que el calor podría completar artificialmente su desarrollo. No sólo resultó eficaz, sino que anticipó la aparición de la incubadora. Más adelante, la mujer enseñó a su hijo a inventar soluciones para resolver cualquier problema.

 Después de terminar sus estudios de primaria y secundaria, con tan sólo 16 años de edad, Laszlo participó como soldado en la Primera Guerra Mundial. Luego estudió el primer año de la carrera de Medicina, pero tuvo que interrumpirla debido a un accidente.

 Poco después, fue el primero en ocuparse de todo lo relacionado con el hipnotismo en Hungría. Dictó varias conferencias y empezó a ser muy solicitado por los médicos para que colaborara con ellos, utilizando las técnicas hipnóticas para lograr efectos analgésicos.

 En esa época ganaba tanto dinero con el hipnotismo, que hasta tenía un coche con caballos para transportarse. Con tal éxito perdió todo interés por la carrera de Medicina y decidió abandonar sus estudios formales.

 A partir de entonces, además del hipnotismo médico, se ocupó de la grafología y más adelante fue agente aduanal de una compañía petrolera, corredor de automóviles, agente de bolsa e inventor.

 Su primer invento fue una lapicera fuente, que debía llenarse con agua para cubrir una composición sólida de anilinas, que se iban disolviendo poco a poco.

 En 1.930 contrajo matrimonio con Elsa Schick y ese mismo año inventó para ella una máquina para lavar ropa, que pudo ser fabricada en serie y por la que recibió las regalías correspondientes.

 A los 33 años, Laszlo Biro inventó una caja automática para automóviles, totalmente mecánica. Fue invitado a Berlín por los representantes de la General Motors para realizar una demostración. Por los derechos de la patente, le ofrecieron un adelanto de 500 dólares y la misma cantidad mensualmente durante cinco años; después tendría una participación en la producción.

 El pequeño detalle, no previsto por el inexperto inventor, fue que cuando firmaron el convenio, le confesaron que no tenían la intención de fabricar la caja automática mecánica porque ellos ya trabajaban con una caja hidráulica desde hacía ya muchos años y pensaban continuar con ella. Simplemente, habían comprado su invento para que no lo hiciera la competencia.

 La idea del bolígrafo surgió en cuando el inventor se desempeñaba como periodista. Como no trabajaba continuamente, muchas veces la tinta de su pluma fuente se secaba y cuando debía realizar una entrevista, tenía que pedir prestada una porque la suya no funcionaba.

Pero Ladislao obtuvo la idea de resolver este último inconveniente observando a unos niños mientras jugaban en la calle con bolitas que al atravesar un charco salían trazando una línea de agua en el piso seco: ahí se dio cuenta de que en vez de utilizar una pluma metálica en la punta, debía utilizar una bolita.

punta-boligrafo

La dificultad de trasladar ese mecanismo a un instrumento de escritura residía en la imposibilidad para desarrollar esferas de un tamaño suficientemente pequeño. Ladislao Biro patentó un prototipo en Hungría y Francia, en 1938, pero no lo llegó a comercializar.

Tras haber patentado un modelo rudimentario del bolígrafo en su país, Hungría, así como en Francia y Suiza, Laszlo Biro se encontraba trabajando como reportero de un periódico húngaro en Yugoslavia.

 Un día, en la recepción del hotel donde estaba hospedado, escribió una nota con su primitivo bolígrafo, que a veces funcionaba y otras no. A su lado se encontraba un hombre bajito con anteojos. Luego de enviar la nota a Hungría, cuando subió para ir a su habitación, lo llamó el conserje del hotel y le dijo que el señor que estaba a su lado era un ingeniero que lo había visto escribir con el instrumento y que deseaba conversar con él.

 Biro aceptó platicar con el desconocido, que le preguntó quién era y a qué se dedicaba, a lo que él le respondió que era un periodista húngaro, que estaba trabajando eventualmente en Yugoslavia y que además era inventor. El misterioso hombre le comentó que había estado observando detenidamente el instrumento con el que escribió la nota y le propuso viajar a la Argentina para trabajar en la producción de su instrumento.

 El inventor le respondió que sería difícil que le otorgaran la visa para residir en Argentina. El ingeniero le entregó una tarjeta personal y le aseguró que con ésta no iba a tener problemas para obtenerla en el consulado de Argentina en Yugoslavia o en Francia. Al observar la tarjeta, Biro leyó la siguiente inscripción: "Agustín P. Justo, Presidente".

 Se despidieron y Biro guardó bien la tarjeta, por si algún día llegara a necesitarla. Luego de su estancia en Yugoslavia, se dirigió a Francia, ya que un amigo le había dado los datos de un financista también húngaro que se dedicaba a los negocios de importación y exportación. Así conoció a Johann Georg Meyne, con quien desarrolló una profunda amistad y decidió asociarse para la producción del bolígrafo.

Pat 01

Pat 02

Biro no se decidió en ese momento a ir a la Argentina, pero en mayo de 1940, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, él y su hermano emigraron a la Argentina junto con Juan Jorge Meyne, su socio y amigo que lo ayudó a escapar de la persecución nazi por su origen judío. Tiempo después su esposa Elsa y su hija Mariana desembarcarían también en Buenos Aires Fue vecino del barrio de Colegiales, su casa se encontraba en el llamado "barrio inglés", límite con el barrio de Belgrano y hoy en día alberga una institución dedicada a los inventores.

En ese mismo año formaron la compañía Biro Meyne Biro y en un garaje con 40 operarios y un bajo presupuesto perfeccionó su invento, realizando el 10 de junio de 1943 una nueva patente en Buenos Aires. Lanzaron el nuevo producto al mercado bajo el nombre comercial de Birome (Acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne). Al principio los libreros consideraron que esos «lapicitos a tinta» eran demasiado baratos como para venderlos como herramienta de trabajo y los vendían como juguetes para chicos. Al respecto, en su última entrevista antes de fallecer, Biro afirmó: "Mi «juguete» dejó 36 millones de dólares en el tesoro argentino, dinero que el país ganó vendiendo productos no de la tierra sino del cerebro".

10 diciembre 1945

Bolígrafo_birome_II

Cuando comenzaron a promoverse se les llamaba esferográfica y se hacía hincapié en que siempre estaba cargada, secaba en el acto, permitía hacer copias con papel carbónico, era única para la aviación y su tinta era indeleble.

La RAF adoptó rápidamente este invento, desde 1944, para resolver la escritura de los pilotos a gran altura.

El birome desplazó a la pluma estilográfica como utensilio universal para escribir.

En 1943 licenció su invento a Eversharp Faber, de los Estados Unidos, en la entonces extraordinaria suma de USD 2.000.000.

El industrial catalán Amadeo Arboles registró en 1946 la marca Bolígrafo a nombre de su madre, Antonia, el nombre nació por el compuesto por boli de bolita y grafo de escritura. La marca todavía sigue vigente, aunque  la Real Academia Española ya ha incorporado la palabra bolígrafo como sustantivo para referirse a la estilográfica cuya punta termina en una esfera.

En 1951 a Marcel Bich, fundó de la empresa Bic en Francia. Este logró cumplir el anhelo de Biro de popularizar su invento, al desarrollar un bolígrafo de bajo coste.

Perfumero con bolita Birome.

perfumero 1

Perfumero 2

La sociedad formada por Biro y sus socios quebró, aquejada por falta de financiamiento y por nuevos inventos que no tuvieron éxito comercial. Un antiguo proveedor, Francisco Barcelloni, intentó entusiasmar a Biro para fabricar un bolígrafo de bajo coste. No logró convencerlo y se instaló por su cuenta; mejoró el flujo de tinta y ensayó una bolita de triple dureza. Posteriormente, Barcelloni contrató a Biro para la dirección de la nueva fábrica.

Laszlo Jozsef Biro o Ladislao José Biro, como lo llamaban sus amigos argentinos, falleció el 24 de noviembre de 1.985 en el Hospital Alemán de Buenos Aires, a los 86 años.

 El 29 de septiembre, día de su nacimiento, se conmemora el Día del Inventor en Argentina.

Otros inventos

A lo largo de su vida desarrolló muchos otros inventos, algunos de los cuales se han vuelto muy populares. Entre ellos podemos nombrar:

1928 Lapicera fuente de agua

1930 Maquina de lavar ropa

1932 Cambio automático para auto

1936 Vehículo electromagnético

1938 Bolígrafo

1941 Dispositivo térmico

1942 Boquilla antitóxica

1943-57 Termógrafo clínico

1943-59 Cerradura inviolable

1943-62 Dispositivo para imprimir sobre botellas

1943-62 Eslabón para cortinas

1944 Proceso continuo para resinas fenólicas

1944 Dispositivo para degollar ampollas

1945 Proceso para mejorar resistencia de varillas de acero

1945-54 Perfumero a bolita

1956  Espejo estampa

1958 Dispositivo para obtener energía de las olas del mar

1970 Proteína

1978 Motor de combustión interna de un tacto

1978 Fraccionamiento de gases por sistema molecular e isotópico

 

Propuesta Plaza Ladislao José Biro al espacio público sin denominación que ocupa la fracción delimitada por las calles Enrique Martínez, Concepción Arenal, Álvarez Thomas y la línea de fachada del "Mercado de Pulgas.

plaza

propuesta

 

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